sábado, 1 de junio de 2013

La carpintería

“Para viajar lejos, no hay mejor nave que un libro” (Emily Dickinson)


Recuerdo que en mi aula existían muchos compañeros que les gustaba fijarse y  hablar de los defectos de los demás, sin ni siquiera mirar sus propios defectos que a la larga eran muchos y peores. Siempre nos quejábamos de nuestros compañeros con la profesora tutora.

Un día nuestra profesora nos trajo a leer una lectura muy bonita que nos encantó a todos por su gran mensaje y enseñanza.



ASAMBLEA EN LA CARPINTERÍA

Cuentan que en la carpintería hubo una vez una extraña asamblea. Fue una reunión de herramientas para arreglar sus diferencias.

El martillo ejerció la presidencia. Pero la asamblea le notificó que tenía que renunciar. ¿La causa?... ¡hacía demasiado ruido! Y además se pasaba el tiempo golpeando.

El martillo aceptó su culpa, pero pidió que también fuera expulsada la garlopa. ¿Por qué? Hacía todo su trabajo en la superficie. No tenía nunca profundidad en nada.

La garlopa aceptó a su vez, pero le pidió la expulsión del tornillo. Adujo que había que darles muchas vueltas para que al fin sirviera para algo.
Ante el ataque, el tornillo aceptó también. Pero a su vez pidió la expulsión de la lija. Hizo ver que era muy áspero en su trato y que siempre tenía fricciones con los demás.
Y la lija estuvo de acuerdo, a condición de que fuera expulsado el metro, que siempre se pasaba midiendo a los demás con su medida, como se fuera el único perfecto.

En eso entró el carpintero, se puso el delantal y se fue al banco para iniciar su trabajo. Utilizó el martillo, la garlopa, la lija el metro y el tornillo. Finalmente la tosca madera inicial se convirtió en un lindo mueble.

Cuando la carpintería quedó nuevamente sola, la asamblea reanudó la deliberación. Fue entonces cuando tomó la palabra el serrucho, y dijo: "Señores, ha quedado demostrado que tenemos muchos defectos, pero el carpintero trabaja con nuestras cualidades. Eso es lo que nos hace valiosos. Así que no pensemos ya en nuestros puntos malos y concentrémonos en la utilidad de nuestros puntos buenos".

La asamblea encontró entonces que el martillo era fuerte, contundente, y la garlopa suave, eficaz. Se dieron cuenta de que el tornillo tenía habilidad para unir y dar fuerza; y la lija era especial para afinar situaciones y limar asperezas. Y observaron que el metro era preciso y exacto. Se sintieron entonces un equipo capaz de ayudar a producir muebles de calidad. Se sintieron orgullosos de sus fortalezas, y de poder trabajar juntos.

Nuestra profesora no contenta con hacernos leer y analizar el cuento,  nos asesoró y repartió roles para  dramatizar el cuento.


Preparó siete fotocopias del cuento. Las repartió entre siete  estudiantes que interpretarán cada uno de los personajes.

Narradora:
Un día en la carpintería de mi pueblo se reunieron las herramientas para hablar de sus cualidades. Para coordinar la reunión se puso al frente el martillo.



                                                        
MARTILLO: Hola, herramientas. Yo soy el martillo y nos hemos reunido aquí…
TODAS LAS HERRAMIENTAS:
No. No queremos que tú estés al frente de la reunión. Haces mucho ruido.
TORNILLO:
Hola. Yo soy el tornillo y nos hemos reunido aquí para hablar…
TODAS LAS HERRAMIENTAS:
No. No queremos que tú estés al frente de la reunión. Siempre das muchas vueltas…
LIJA:
Hola. Yo soy la lija y nos hemos reunido aquí para hablar de nuestras…
TODAS LAS HERRAMIENTAS:
No queremos que tú estés al frente de la reunión. Eres muy áspera y siempre te rozas con nosotras…
METRO:
Yo soy el metro y nos hemos reunido aquí para hablar de nuestras cualidades…


CARPINTERA:
Hola, chicas. Me pongo el delantal y voy a trabajar en la carpintería. Voy a utilizar el metro para medir, el tornillo para sujetar, el martillo para golpear, la lija para que quede suave. Así con las cualidades de cada herramienta tendré un mueble muy útil.
NARRADORA
Al anochecer la carpintería se quedó sola y las herramientas se reunieron de nuevo. Entonces se puso al frente del grupo el serrucho y dijo.
SERRUCHO: "Señoras, ha quedado demostrado que tenemos defectos, pero la carpintera trabaja con lo mejor de nuestras cualidades. Eso es lo que nos hace valiosas. El martillo es fuerte. El tornillo une y da fuerza. La lija es especial para afinar y limar asperezas. El metro era preciso y exacto.”

Se sintieron entonces orgullosas de sus fortalezas y de trabajar juntas.

Reflexión:

TENEMOS MUCHAS CUALIDADES POSITIVAS

"El hombre que ha cometido un error y no lo corrige comete otro error mayor"

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