martes, 4 de junio de 2013

La pelea del cuerpo

"Todo lo que hagamos por los demás, en realidad,
 lo hacemos por nosotros mismos"

En varias ocasiones, nuestra profesora de comunicación, presenciaba varias discusiones de sus estudiantes, cuando era de trabajar en equipo, cada representante de equipo deseaba sólo tener a los mejores estudiantes en su grupo y allí se originaba el desorden, la profesora calmaba los ánimos y nos hacía un sorteo para formar los grupos, pero nadie se sentía contento con la elecciones ni con sus miembros de su grupo, protestaban de que no trabajaban, que sólo se dedicaban a escribir o a pegar algún dibujo, pero no aportaban nada provechoso.



Un día,  a la hora de la lectura la profesora nos repartió este texto.

En una ocasión, los diversos miembros y órganos del cuerpo estaban muy enfadados con el estómago. Se quejaban de que ellos tenían que buscar el alimento y dárselo al estómago, mientras que éste no hacía más que devorar el fruto del trabajo de todos ellos.

De modo que decidieron no darle más alimento al estómago. Las manos dejaron de llevarlo a la boca, los dientes dejaron de masticar y la garganta dejó de tragar. Pensaban que con ello obligarían al estómago a trabajar.

Pero lo único que consiguieron fue debilitar al cuerpo, hasta el punto de que todos ellos se vieron en auténtico peligro de muerte. De este modo fueron ellos, en definitiva, los que aprendieron la lección de que, al ayudarse unos a otros, en realidad trabajaban por su propio bienestar.
Autor: Anthony de Mello.

La profesora nos pidió que la leyéramos,  analizáramos y extrajéramos la enseñanza. Recuerdo que hablamos muchos sobre su contenido y el  mensaje que nos transmite, todos nos hicimos una autocrítica y nos pedimos disculpas. 
le pedimos a la profesora si nos podía asesorar para dramatizarla.

A continuación va una versión dialogada que se puede desarrollar como teatro leído.

"Ayúdame que yo te ayudaré"

NARRADORA:
Un día la mano izquierda le dijo confidencialmente a la mano derecha.

MANO IZQUIERDA:
Mira, nosotras trabajamos todo el día, mientras el estómago no hace nada.

NARRADORA:
Las piernas escucharon y dijeron.

PIERNAS:
Tienes razón, nosotras también estamos cansadas caminando todo el día para comprarle alimentos al estómago y él sólo come sin hacer nada para conseguirlo.

NARRADORA:
La mano derecha gritó:

MANO DERECHA:
Hagamos huelga, no le demos ya comida al estómago. Que él se las arregle si quiere.

NARRADORA:
Entonces habló el estómago.

ESTÓMAGO:
Amigos, vosotros estáis pensando mal. Nuestro trabajos y aptitudes son muy diferentes, pero la verdad es que dependemos muchísimo los unos de los otros.

NARRADORA:
Las manos le gritaron:

MANOS:
Cállate. Esos son los argumentos de un vago. Desde ahora no vas a comer nada, absolutamente nada.

NARRADORA:
Pasaron unos días.

MANO I:
¡Ay qué débil me siento!

MANO D:
Yo también, no sabes lo cansado que me siento...

NARRADORA:
Las piernas se quejaron...

PIERNAS:
Nosotras apenas nos podemos mover.

NARRADORA:
Y todas las partes del cuerpo decían lo mismo. Todas se sentían desfallecer. Entonces el estómago habló:

ESTÓMAGO:
Yo también me siento débil. Si me alimentan podré trabajar de nuevo y vosotros y yo nos sentiremos mejor.

MANO D:
Bueno, vale la pena probarlo.

NARRADORA:
Y las piernas con mucha dificultad llevaron el cuerpo a la mesa, las manos cooperaron y metieron la comida en la boca. Al poco rato las manos exclamaron...

MANOS:
Ya nos sentimos mejor.

NARRADORA:
Todos los miembros del cuerpo decían lo mismo.

Entonces comprendieron que todos los miembros del cuerpo deben cooperar si quieren conservarse con buena salud. Y el estómago comprendió que él depende del trabajo de los miembros y que debe repartir por igual con los miembros todo lo que llegue a él.


Encontré este vídeo para que les transmitan  a los niños.



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