Los
hinchas peruanos se han enterado que viene al Perú, el máximo ídolo del fútbol
peruano. Carlos, ha sido galardonado con
el botín de oro, por ser el mejor jugador de fútbol a nivel mundial, y viene para jugar junto a grandes estrellas del ámbito local, un partido benéfico, organizado por una ONG, que se encarga de
ayudar a los niños de los pueblos más
pobres. El aeropuerto era un loquerío todos querían tomarse fotos con su ídolo,
Carlos saluda y se despide apresuradamente.
Carlos
tiene que realizar varias visitas a muchos lugares y uno de esos lugares es el
pueblo donde él una vez vivió. El viaje le trajo muchos recuerdos, recuerdos
tristes y alegres. La comitiva se detuvo en la escuelita, “Jesucristo Redentor”. Los
estudiantes y profesores estaban esperándolos con una gran recepción.
Carlos
decide alejarse por un momento de la recepción, pues quiere visitar los ambientes de la escuelita, cada
pasadizo, cada aula le traía recuerdos,
estaba contento de ver a su escuelita renovada. Se detuvo en un ambiente, para
escuchar la conversación de un grupo de estudiantes del nivel secundario, se
sorprendió cuando los escuchó decir: El estudio es cosa de tontos, dijo Mario; estudiar
no tiene sentido, yo no entiendo porque nuestros padres se empecinan en
mandarnos aquí para perder el tiempo, replicó
Santiago; yo, ya le he dicho a mi mamá, que voy a dejar los estudios, ella se ha molestado,
pero mejor me consigo un trabajo; gano
dinero, y vivo la vida vacilándome con
mi cuates, respondió Luís.
Carlos
entró intempestivamente al aula y les dijo: eso mismo decía yo cuando tenía su
edad, sólo pensaba en divertirme y vivir mi vida, para olvidarme de los
problemas, pero eso no me llevó a nada bueno.
¡Tú que sabes de problemas!, ¡tú
que sabes de pobreza!, si vives lleno de
comodidades; le respondió Luís, Carlos
le contestó: la mitad de mi vida la pasé aquí, y conozco los corazones humildes
pero maravillosos de la gente de este pueblo. Luís y sus compañeros
sorprendidos por la respuesta de Carlos le preguntaron ¿tu viviste aquí? Sí, respondió Carlos.
Mi
madre quedó embarazada a los 14 años, se enamoró de un hombre mayor, quien la
abandonó cuando se enteró que estaba embarazada, ella al verse sola y abandonada, tuvo que huir de
su familia. Sola y lejos de casa tuvo que trabajar para poder mantenernos, trabajaba de día y de noche; de día como barrendera de calles y
de noche en una fábrica, nosotros casi no la veíamos, vivíamos encargados en las casa de los
vecinos, quienes nos querían como a sus hijos.
Cuando
cumplí trece años, le dije a mi mamá que iba a dejar los estudios porque era
una pérdida de tiempo, que prefería trabajar y ganar mucho dinero para salir de
la vil pobreza en la que vivíamos, mi madre se molestó mucho, así que, me fui
de mi casa. Lejos de casa me sentía liberado, la mayor parte del tiempo la pasaba con mis
amigos, con ellos aprendí a beber licor, a drogarme y a robar. A los 15 años, fui
apresado por la policía, porque me encontraron robando; recuerdo que llegó mi
hermana con unas vecinas para sacarme de la cárcel, mi hermana, le lloró y le
imploró al comisario que me deje libre, porque mi mamá estaba en el hospital, y
gritaba mi nombre. El comisario se compadece de mí y me deja libre.
Al ver
a mi madre inconsciente, me arrodillé a ella y le pedí perdón. Fui a la capilla
y oré a Dios para que la sane, le prometí que si él la sanaba, yo iba a cambiar
mi forma de vivir. Después de varios días el doctor nos dijo que ya podíamos
llevar a mi madre a la casa, los vecinos le habían preparado una pequeña
fiestecita.
Yo
cumplí lo que le había prometido, regresé a la escuela, me gustaba mucho el fútbol;
jugaba en el equipo de la escuela, mis
compañeros y yo practicábamos todas tardes. Nuestra meta era ganar los juegos deportivos
escolares.
Ganamos
el torneo en la etapa regional, nos
preparamos para competir en la etapa
macroregional, fue duro y complicado
esos partidos pero al final los ganamos, clasificamos a la etapa final. Mis compañeros
y yo nos preparábamos día y noche para
hacer una buena actuación en Lima.
Lo
más hermoso de Lima, fue conocer el estadio nacional, me parecía un sueño estar
allí. El primer partido lo perdimos por
1 a 0, nos sentimos frustrados, pero el profesor nos dio ánimos para seguir
luchando, el siguiente partido fue muy duro pero vencimos 2 a 1 eso nos ayudó
anímicamente porque los siguientes partidos los ganamos, y clasificamos a la final.
La
final fue muy intenso teníamos al frente a un gran rival, que tampoco quería dejarse ganar, teníamos
que dejar todo nuestro esfuerzo en la cancha y así lo hicimos, yo, hice mis mejores jugadas y realicé los dos
goles con los que ganamos al equipo contrario. Nos premiaron con la medalla y
la copa de oro.
Un
dirigente del Cristal fútbol Club, habló con mi mamá, y le dijo que estaba muy
interesado en mí. Al comienzo mi madre no quería que yo siguiera jugando pero
después aceptó y nos tuvimos que ir a vivir a Lima. Estuve en el equipo de menores hasta
los 17 años, luego debute en la profesional y llegue hacer el goleador del
torneo por tres temporadas, hasta que mi equipo me vendió a un equipo
argentino, yo acepté el pase pues quería triunfar en el extranjero esa era mi
meta. Salí campeón vistiendo la camiseta de Junior Club de Argentina en dos
oportunidades fui su goleador estrella,
la vida me tenía preparada más sorpresas, pues el Junior Club vendió mi pase a
un equipo español al Gran Real de España, desde ese año hasta hoy que tengo
treinta años juego en ese club.
Al
terminar, Carlos notó que Luís estaba llorando y le pregunta ¿por qué lloras? Luís le responde, escuchaba
tu historia y pareciera que escuchaba la mía, y le
preguntó, crees que nosotros podamos tener
un futuro maravilloso como lo tuviste tú. Carlos los miró y les dijo: estoy seguro que sí, crean en ustedes mismos, y nunca se dejen vencer
por los fracasos; confíen y regocíjense siempre
en Dios y en los que más los quieren.
Pero lo más importante nunca, nunca
dejen, que los vicios y los malos amigos les roben sus sueños.
están muy bonitos los textos de la blog, me han gustado por las grandes enseñanzas que nos dejan y nos hacen reflexionar. gracias prof por invitarme a visitarla
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